GRATITUD Y NOSTALGIA...
Ya comienza la época más hermosa y mágica del año, la navidad. Comienza nuestro corazón a sentir la alegría de las fiestas y la algarabía. Comienza la nostalgia y de paso la gratitud por todo lo vivido. Siempre he dicho que dé todos los momentos que vivimos, hay razones para agradecer. De los momentos duros, nos hacemos más fuertes y resurgimos con más alegría.
En estos días, he pensado mucho de lo poco que hablamos sobre esos momentos duros. Casi siempre hablamos o compartimos las cosas cuando nos sentimos mejor o cuando eso que duele, poco a poco ha sanado. Uno de los retos más grandes a los que nos enfrentamos diariamente es ese, agradecer en medio de la prueba y el sufrimiento. Les cuento que nunca me han gustado los días lluviosos, no se explicar el porque, pero el miércoles llegué a una conclusión y de ahí nace "gratitud y nostalgia".
El miércoles estaba haciendo mis acostumbradas compras de último momento para el día del pavo. Estaba como la gran mayoría de las personas, tratando de avanzar lo más que pudiera para poder llegar a la casa temprano. Mientras salía de la tienda y caminaba a mi guagua, se esmandó el aguacero. No traía paraguas ni mucho menos una capa, no había solución, me iba ensopar en la lluvia. En un momento mientras caminaba, me detuve a contemplar las gotas caer (que poética, no?) y mientras lo hacía, pensaba en la belleza de ese momento. Claro, estaba ensopada pero no podía parar de pensar en lo maravilloso que era sentir. Agradecí en ese momento el estar y contemplar. Pensé en cómo las flores necesitan precisamente de esta lluvia para crecer. Recordé algo que había leído hace mucho: "que las flores te demuestren cuan necesaria era la lluvia para crecer"... Cuan necesarios son los momentos de prueba y qué difícil encontrar paz dentro de ellos.
Quizá en este momento estés parado en medio del aguacero y piensas que no llegarás a tu destino. Quizá piensas que la lluvia nunca cesará y que tu vida será inundada por la tristeza, el coraje y el rencor... pero quiero que sepas que no es así. Puede que parezca eterno el aguacero, pero el sol siempre vuelve a salir. Permite que a través de lo que estás pasando, puedas florecer. Sé que es más fácil quejarnos y que suena como un cliché, pero Dios va enfrente haciendo camino y te acompaña en la tormenta. Detente a contemplarla, hay luz en medio de la tiniebla.
A ti que me lees, que los días de lluvia no te roben la esperanza, si no que sean símbolo de esperanza. Tu momento para florecer llegará. No te desalientes, tu aventura apenas comienza.
With love,
Gaby

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