Bad Food Syndrome
Hola hola... les cuento que hace un tiempo atrás me hablaron de este restaurante. Era uno de buena apariencia y según quien me contaba, el trato era excelente, tenia todo lo que se busca en un lugar de comida. Luego de escuchar las historias que se narraban de este lugar, quise que me llevaran, para comprobar lo que se decía. La apariencia era excelente, así como describían. Por otra parte, el trato fue malísimo y la comida también! En ese momento, prometí jamás volver ahí...
Meses después, otra persona me habla del mismo lugar y de como había cambiado, que le diera “break” y me iba a sorprender. Lo pensé demasiado, porque mi primera experiencia fue pésima, pero accedí y fui. La apariencia era la misma, quizá un poco mejorada. Pero, adivinen qué... el trato y la comida eran las mismas. Nuevamente, prometí no ir.
Pasaron dos meses más y me topé con el lugar. El mismo conservaba su apariencia. Esta vez, habían añadido luces alrededor para captar la atención de quien pasaba... nuevamente, me dejé llevar por la apariencia y entré! Solo para darme de cuenta que el servicio y la comida nunca cambiarían. Seguirían siendo los mismos platos...
Si llegaste a leer hasta acá, te darás cuenta de que mi historia no tiene nada de sentido, porque volver a un lugar que ofrece mala comida dos veces, es de masoquistas! Y una tercera vez, ni se diga! Pensarás que soy media bruta o que no sé de lugares buenos pa’ comer.
Mas sin embargo, es algo que hacemos una y otra vez cuando se trata de alguien que tiene algún tipo de “dominio” sobre nosotros. Volvemos a donde nos lastiman, volvemos a personas que no lo valen. Le damos segundas y terceras oportunidades a personas que no merecen ni una.
Nos pintan a una persona increíble, nos hablan de sus cualidades... nos envolvemos en el enredo. Pensamos que luego de la primera vez, las cosas serán diferentes. Quizás por miedo a estar solos o porque simplemente no sabemos cómo salir de ahí. Nos da el Bad Food Syndrome, pensamos que por alguna extraña razón las personas serán capaces de mejorar o cambiar.
Don’t get me wrong, hay veces que las personas sorprenden y terminan cambiando...
Pero, para ti que como a mí te dio el Bad Food Syndrome, get out! Salir del síndrome es difícil y toma tiempo, pero valdrá la pena, te lo prometo! Dejar ir de eso que no te hace bien, aumenta tu self love y tu capacidad de afrontar lo que venga.
El “restaurante”, siempre intentará atrapar tu atención, es parte de su propia inseguridad y miedo. Tú mereces mucho más que comida mala y servicio de pobre calidad. Ve y busca eso que te haga feliz! Prometo que dejar ir también es querer.
No more bad syndrome babes, with Love, Gaby!
Meses después, otra persona me habla del mismo lugar y de como había cambiado, que le diera “break” y me iba a sorprender. Lo pensé demasiado, porque mi primera experiencia fue pésima, pero accedí y fui. La apariencia era la misma, quizá un poco mejorada. Pero, adivinen qué... el trato y la comida eran las mismas. Nuevamente, prometí no ir.
Pasaron dos meses más y me topé con el lugar. El mismo conservaba su apariencia. Esta vez, habían añadido luces alrededor para captar la atención de quien pasaba... nuevamente, me dejé llevar por la apariencia y entré! Solo para darme de cuenta que el servicio y la comida nunca cambiarían. Seguirían siendo los mismos platos...
Si llegaste a leer hasta acá, te darás cuenta de que mi historia no tiene nada de sentido, porque volver a un lugar que ofrece mala comida dos veces, es de masoquistas! Y una tercera vez, ni se diga! Pensarás que soy media bruta o que no sé de lugares buenos pa’ comer.
Mas sin embargo, es algo que hacemos una y otra vez cuando se trata de alguien que tiene algún tipo de “dominio” sobre nosotros. Volvemos a donde nos lastiman, volvemos a personas que no lo valen. Le damos segundas y terceras oportunidades a personas que no merecen ni una.
Nos pintan a una persona increíble, nos hablan de sus cualidades... nos envolvemos en el enredo. Pensamos que luego de la primera vez, las cosas serán diferentes. Quizás por miedo a estar solos o porque simplemente no sabemos cómo salir de ahí. Nos da el Bad Food Syndrome, pensamos que por alguna extraña razón las personas serán capaces de mejorar o cambiar.
Don’t get me wrong, hay veces que las personas sorprenden y terminan cambiando...
Pero, para ti que como a mí te dio el Bad Food Syndrome, get out! Salir del síndrome es difícil y toma tiempo, pero valdrá la pena, te lo prometo! Dejar ir de eso que no te hace bien, aumenta tu self love y tu capacidad de afrontar lo que venga.
El “restaurante”, siempre intentará atrapar tu atención, es parte de su propia inseguridad y miedo. Tú mereces mucho más que comida mala y servicio de pobre calidad. Ve y busca eso que te haga feliz! Prometo que dejar ir también es querer.
No more bad syndrome babes, with Love, Gaby!
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