La historia de los tres pesos
Hola hola, les cuento que por fin acabé con mi clase de verano y tan pronto acabó, nos montamos en un avión y partimos a Ecuador. Fue un viaje larguísimo y visitamos muchísimas provincias, de cada una aprendí algo diferente. Conocí a personas increíbles las cuales llevaré por siempre en mi corazón.
Hoy les quiero contar un poco acerca de una de las personitas de mi viaje, que aunque no llegué a conocer, me regalo una de las experiencias más hermosas que pude haber tenido. Sin duda alguna fue uno de los mejores momentos de mi vida. Fue un tiempo con Dios, con mi familia y conmigo. Fue un tiempo para reconstruirme y repavimentar...
En una de las noches en la cuidad, presencie algo que inmediatamente pasó, me llenó de lágrimas los ojos. Estábamos en el bus, paseando por la cuidad y nos percatamos de un niño vendiendo cajitas de “chicle”. Vendía cada cajita a 50 centavos. En un momento lo vemos elevando los ojos al cielo y dando gracias mientras se persignaba. El niño había recibido $3 y estaba tan agradecido por ello que hasta sus ojos brillaban, era una mirada única, una que jamás había visto, en el vi el rostro vivo de Jesús. Presencié como vio en esos $3 una razón para elevar los ojos al cielo, dar gracias a Dios y glorificarlo por lo que había recibido.
Tres pesos parecen poco, uno piensa que no da para nada. Pero quizá con esos tres pesos compro un plato de comida caliente que hace tiempo quería. Quizá en esos tres pesos encontró una nueva oportunidad. En esos tres presos vi yo un abrir de ojos, uno que necesitaba y no lo sabía.
Este niño me puso a pensar en todas esas veces en las que sin merecerlo, recibimos bendiciones enormes. Doy gracias a Dios por El niño, porque Lowkey Dios me mandó tremenda bofetá (in a good way). Hoy lo bendigo y pido por el y por su vida, que siempre esté llena de el amor de Dios y que nunca olvide que Su misericordia es infinita.
Gracias niño por hacerme recordar que siempre y ante todo, se debe conservar un corazón agradecido y lleno del amor de Dios. Que tener fe en Dios no significa tener una vida libre de problemas, que tener una vida de fe es afrontar las situaciones de la mano con Dios, porque no importa lo que pase o cuan dura parezca la vida, tenemos a un Padre, fuente de amor infinito que nunca nos abandona y que siempre nos recibe con brazos abiertos. Y que al recibirnos, nos regala las herramientas precisas para afrontar nuestras situaciones. Gracias niño.
With Love, Gaby
Hoy les quiero contar un poco acerca de una de las personitas de mi viaje, que aunque no llegué a conocer, me regalo una de las experiencias más hermosas que pude haber tenido. Sin duda alguna fue uno de los mejores momentos de mi vida. Fue un tiempo con Dios, con mi familia y conmigo. Fue un tiempo para reconstruirme y repavimentar...
En una de las noches en la cuidad, presencie algo que inmediatamente pasó, me llenó de lágrimas los ojos. Estábamos en el bus, paseando por la cuidad y nos percatamos de un niño vendiendo cajitas de “chicle”. Vendía cada cajita a 50 centavos. En un momento lo vemos elevando los ojos al cielo y dando gracias mientras se persignaba. El niño había recibido $3 y estaba tan agradecido por ello que hasta sus ojos brillaban, era una mirada única, una que jamás había visto, en el vi el rostro vivo de Jesús. Presencié como vio en esos $3 una razón para elevar los ojos al cielo, dar gracias a Dios y glorificarlo por lo que había recibido.
Tres pesos parecen poco, uno piensa que no da para nada. Pero quizá con esos tres pesos compro un plato de comida caliente que hace tiempo quería. Quizá en esos tres pesos encontró una nueva oportunidad. En esos tres presos vi yo un abrir de ojos, uno que necesitaba y no lo sabía.
Este niño me puso a pensar en todas esas veces en las que sin merecerlo, recibimos bendiciones enormes. Doy gracias a Dios por El niño, porque Lowkey Dios me mandó tremenda bofetá (in a good way). Hoy lo bendigo y pido por el y por su vida, que siempre esté llena de el amor de Dios y que nunca olvide que Su misericordia es infinita.
Gracias niño por hacerme recordar que siempre y ante todo, se debe conservar un corazón agradecido y lleno del amor de Dios. Que tener fe en Dios no significa tener una vida libre de problemas, que tener una vida de fe es afrontar las situaciones de la mano con Dios, porque no importa lo que pase o cuan dura parezca la vida, tenemos a un Padre, fuente de amor infinito que nunca nos abandona y que siempre nos recibe con brazos abiertos. Y que al recibirnos, nos regala las herramientas precisas para afrontar nuestras situaciones. Gracias niño.
With Love, Gaby
Comments
Post a Comment